SPYRO GYRA
Jay Beckenstein (Saxofón) / Tom Schuman (Teclados) / Scott Ambush (Bajo) / Julio Fernandez (Guitarra) / Lionel Cordew (Batería)
Spyro Gyra ‒ el grupo que debe ese extraño nombre a el alga verde Spirogyra ‒ fue fundado en 1974 por el saxofonista Jay Beckenstein y el teclista Jeremy Wall. Sin embargo, al inicio su nombre era sencillamente „Tuesday Night Jazz Jams“ ‒ un foro en el que los dos fueron acompañados por diversos y siempre nuevos músicos. Martes simplemente porque era la noche en la que la mayoría de ellos no tenía que tocar en otro gig para ganar dinero. Pero alrededor del año 1974 empezó el grupo a tomar forma y a generar una comunidad de aficionados. El dueño de un club, que quería promocionar una actuación pendiente, le preguntó a Beckenstein por el nombre. El saxofonista respondió simplemente „Spirogyra“ ‒ nombre que había oído en una clase de biología y que encontraba gracioso. Sin embargo el dueño escribió el nombre de Spyro Gyra y así la historia tomó su rumbo… En ese entonces el grupo estuvo conformado por Beckenstein, Wall, Jim Kurzdorfer y Tom Walsh. Después se sumó al grupo el teclista Tom Schuman. Wall abandona al grupo en 1978. Hoy en día el grupo Spyro Gyra cuenta con Beckenstein, Schuman, Scott Ambush (bajo), Julio Fernandez (guitarra) y Lionel Cordew (batería). Su música combina R&B y elementos de música pop y música caribeña con el jazz. En más de 40 años el grupo ha tocado más de 5000 conciertos, ha publicado más de 30 álbumes y ha vendido más de 10 milliones de discos. Pero esto nunca fue su meta. Cuando Beckenstein y Wall iniciaron sus jam-sessions en Buffalo lo hicieron simplemente porque les divertía tremendamente. Tocaban una música emocionante y jazzística para un par de personas en el club, desarrollando una actuación en vivo cargada de energía ‒ así una cosa vino detrás de la otra y de repente la música instrumental no más era lo mismo. De pronto todos gozaban ‒ no sólo ellos mismos. “Siempre sentí que la música ‒ sobre todo la instrumental ‒ transporta a la gente a un lugar, donde no existen las palabras. Música conlleva una belleza dentro de si misma que no tiene que ver nada con oraciones”, dice Beckenstein.
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